En el céntrico parque Céspedes tuvo lugar, la interpretación, a cargo del Coro Orfeón Santiago y la Banda
Provincial de Conciertos, dirigidos por la Maestra Daria Abreu y Ernesto Burgos, respectivamente, quienes asumieron, con el arreglo de Melvin Rodríguez, el montaje de la pieza, escrita en 1928 por el poeta Arturo Clavijo Tisseur y musicalizada por Enrique Bueno Formell.
Sumamente emocionados, los santiagueros y no pocos visitantes foráneos, escucharon en silencio la obra de cuatro estrofas, que exalta el espíritu rebelde y heroico de este oriental terruño, y la grandeza de sus hijos, seguidores del ejemplo de figuras como Antonio Maceo y José Martí.
Ese himno es el único que se conoce consagrado a la urbe santiaguera y aunque fue compuesto inicialmente para voz y piano, según las investigaciones de reconocidos musicólogos, fue la primera vez que se escuchó su letra, ya que en elpasado siglo la Banda Municipal, debido a su formato, sólo lo ejecutó de forma instrumental.
La joven Alín Ramírez, quien se encontraba de paso por el parque y se detuvo a escuchar la obra, manifestó su satisfacción con esa joya sonora, inédita para la mayoría de sus coterráneos, que aunque conocen otros temas dedicados a su ciudad, desconocían que también había inspirado un himno.
Esto ha sido hermoso y único, y me llena de más orgullo hacia mi tierra, comentó Ramírez, al tiempo que significó el alcance de la divulgación de esa pieza para la preservación del patrimonio del territorio indómito.
Iniciativa del proyecto de comunicación y promoción del patrimonio Escalinata y con el apoyo de la Asociación Hermanos Saíz, la presentación al público del Himno de Santiago de Cuba fue posible por
la profunda investigación de la musicóloga santiaguera Iránea Silva, quien en 2015, en búsqueda de composiciones dedicadas a esta urbe, reveló que el original se encontraba en el fondo Pablo Hernández Balaguer de la Biblioteca Provincial Elvira Cape.
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